Mojón de la Ermita de Santa Ana, en Colmenar Viejo, punto de encuentro del inicio de nuestro Camino para cinco de nosotros, Ángel viene desde su casa y Miguel desde Fuencarral. De aquí a Santiago 642 km. De los siete ciclistas, cinco bicigrinos seguirán mas allá de Segovia hasta Sahagun en una primera parte.
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500 m mas adelante paramos en la Iglesia de Colmenar a sellar la credencial y aquí se nos presenta la primera anécdota del dia. En la iglesia no encontramos al cura, preguntamos a unas señoras y nos indican que puede estar en la casa parroquial, dos calles mas arriba. Con las credenciales en la mano nos encaminamos hacia el sitio indicado y en el patio de la casa nos recibe una hombre de unos 40 años que esta haciendo unas obras, la imagen es del tipico pasota, delgado, pasao de vueltas y quien sabe si con algun que otro carajillo a cuestas o algun chiri en los pulmones. Le pregunto por el Padre, (de mi educacion en los Jesuitas se me quedo la costumbre de llamar Padres a los curas) y con cara de poquer me responde:
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- ¿el padre de quien?...(silencio espeso)
- el cura, el párroco
- ahh...(silencio espeso) ahí en el telefonillo...el de la dcha.
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500 m mas adelante paramos en la Iglesia de Colmenar a sellar la credencial y aquí se nos presenta la primera anécdota del dia. En la iglesia no encontramos al cura, preguntamos a unas señoras y nos indican que puede estar en la casa parroquial, dos calles mas arriba. Con las credenciales en la mano nos encaminamos hacia el sitio indicado y en el patio de la casa nos recibe una hombre de unos 40 años que esta haciendo unas obras, la imagen es del tipico pasota, delgado, pasao de vueltas y quien sabe si con algun que otro carajillo a cuestas o algun chiri en los pulmones. Le pregunto por el Padre, (de mi educacion en los Jesuitas se me quedo la costumbre de llamar Padres a los curas) y con cara de poquer me responde:
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- ¿el padre de quien?...(silencio espeso)
- el cura, el párroco
- ahh...(silencio espeso) ahí en el telefonillo...el de la dcha.
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Dos botones en el telefonillo, imaginamos que corresponden a dos pisos. En el de la izda los nombres Paco y Josefa, en el de la izda, Jose e Isabel...para que hacer preguntas, llamamos y no hay nadie. De vuelta a la iglesia.
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Al final el cura, parroco, padre, estaba preprando el sermon. Le esperamos en una salita contigua a la sacristia y en cuanto llega nos pone el sello. Cura de aspecto enrollado, joven, con casi melena rizada, barba y hasta parece que lleve un traje de cuero mas que sotana, el cura rockero nos desea buen camino y seguimos hacia Manzanares.
Al final el cura, parroco, padre, estaba preprando el sermon. Le esperamos en una salita contigua a la sacristia y en cuanto llega nos pone el sello. Cura de aspecto enrollado, joven, con casi melena rizada, barba y hasta parece que lleve un traje de cuero mas que sotana, el cura rockero nos desea buen camino y seguimos hacia Manzanares.
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El nombre del municipio se vincula con el lugar que ocupaban las casas de Diego González Primo, donde había, según dicen, un colmenar y cerca de éste tenía su morada un anciano, conocido con el apodo de "el viejo". Próximo a este lugar pasaba el camino de Alcalá de Henares a Segovia, que cruzaba el Manzanares por los puentes Grajal y Nuevo. Los viajeros pernoctaban en la casa del anciano, que amplió sus dependencias, aposentándose algunos de los hospedados definitivamente, surgiendo así una aldea que se llamó "Colmenar del Viejo". Actualmente, Colmenar Viejo. Que pensaría aquel anciano si supiera que una ruta de peregrinación pasa por el pueblo que nació de su hospitalidad.
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La salida de Colmenar se hace a través de las nuevas urbanizaciones y por una trialera de bajada divertida que desemboca en el los restos del puente de Batan, por debajo, el camino deja sobre nuestras cabezas la Ctra. de Cerceda, a partir de ahí toca subir.
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Llegamos a Manzanares del Real por un camino trasero que deja a nuestra dcha. el pantano y el castillo de los Mendoza, empezamos a ver las rocas de la pedriza y la sierra nevada al fondo, la flechas nos guían y el día, teniendo en cuenta la semana de lluvia y viento, nos esta saliendo de coña.
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Decimos adiós a Manzanares enfilando hacia la entrada al Parque de la Pedriza que dejamos a nuestra dcha. Desde que dejamos el puente de Batan solo subimos y subiremos hasta la Fuenfria (1.796 m), pero la vista y la compañía hace que esto sea un paseo. Santiago nos para un momento porque nota que la rueda trasera le hace extraños, unos metros después se le rompe un radio, durante una rato piensa si darse la vuelta o llamar a su mujer para que le recoja, al final decide seguir a ver hasta donde llega.
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Paramos cerca de la Ermita de San Isidro, con la pedriza al fondo, a hacer unas fotos, la vista lo merece. Constante pedaleo y Matalpino. Aquí nos damos un pequeño homenaje, que lo necesitamos, ahora tenemos que afrontar la subida a Navacerrada y el cuerpo necesita combustible. En una parte habilitada como zona de recreo nos ponemos a tono con las barritas, geles, bocatas y demás. Cuarto de hora de asueto y volvemos a pedalear.
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La flechas del Camino en Matalpino pueden dar lugar a confusión porque se duplican. Unas tiran por la Ctra. y otras nos adentran en el pueblo. Únicamente son dos opciones diferentes que dan al mismo sitio. A través del pueblo se cogen caminos y la otra opción mas cómoda de rodar por asfalto. Nosotros somos de camino, la Ctra. cuanto menos mejor, así que esta claro.
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Llegamos a Navacerrada con intención de sellar la credencial, así que seguimos las indicaciones de la Iglesia del pueblo. Cuando llegamos hay una boda y de la forma mas discreta posible nos metemos en la sacristía donde el joven cura se esta cambiando de sotana. Nos pregunta que desde donde venimos... hasta donde vamos... cuantos somos...nos cuenta que el también monta en bicicleta y que intento hacer el camino hace unos años pero se quedo en Cercedilla esperando el tren y muerto de frió. Nos pregunta que porque hacemos el camino y ahí nos deja mirándonos con cara de póquer porque dar una respuesta incorrecta a un emisario de la iglesia puede ser peligroso en el tiempo, nos dice que si queremos el Jubileo tenemos que pensar en la confesión en algún punto del camino... (silencio espeso) No puedo hablar por mis compañeros porque este tema en profundidad no se ha tratado, pero mis motivos peregrinos distan algo de ser religiosos. Es difícil explicarle a un sacerdote mis motivos espirituales porque seguramente sean muy diferentes a los suyos. Soy creyente pero no comparto muchas ideas con la iglesia católica (imagino que aquí alguien intentara comerme pero es lo que opino), respeto profundamente a las personas de cualquier religión o credo, (que curiosamente siendo tan distintas tienen Dioses tan parecidos), pero creo que la mayoría de religiones nacieron con afán de control y se alejan mucho del concepto "divino". Según yo lo entiendo, Dios se manifiesta en los árboles, la tierra, el aire o los animales, o en el trato hacia los demás y no en donde algunos sectores de la iglesia quieren tenerlo.
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Mucha gente delimita el Camino de Santiago a las personas católicas y cualquier tipo de espiritualidad al margen queda encajonado en el mero turismo y entrar en esta discusión es complicado. De hecho creo que a partir de este año o el que viene, la compostelana (documento que se entrega al finalizar el camino), solo se da si los motivos del peregrino son religiosos, cosa muy respetable y normal, ya que el camino jacobeo se crea como camino de peregrinación de la Iglesia, (aunque hasta en esto hay opiniones que los mas fundamentalistas rechazarían, ya que hay notas que citan como los druidas celtas hacían el mismo recorrido norte desde Europa hasta Fisterra para alcanzar la muerte alegórica, renovar su alma y volver limpios a su lugar de origen, versión esta mas espiritual que religiosa. Después nació el camino sobre de los restos del Apóstol y si alguien tiene interés en valorar otras versiones puede buscar algo de una figura llamada Prisciliano y hasta aquí puedo leer). Por otra parte el ayuntamiento de Fisterra otorga a el peregrino, un documento algo mas seglar, parecido a la compostelana que constata que se ha hecho el camino llegando al fin del mundo.
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Llegamos a Navacerrada con intención de sellar la credencial, así que seguimos las indicaciones de la Iglesia del pueblo. Cuando llegamos hay una boda y de la forma mas discreta posible nos metemos en la sacristía donde el joven cura se esta cambiando de sotana. Nos pregunta que desde donde venimos... hasta donde vamos... cuantos somos...nos cuenta que el también monta en bicicleta y que intento hacer el camino hace unos años pero se quedo en Cercedilla esperando el tren y muerto de frió. Nos pregunta que porque hacemos el camino y ahí nos deja mirándonos con cara de póquer porque dar una respuesta incorrecta a un emisario de la iglesia puede ser peligroso en el tiempo, nos dice que si queremos el Jubileo tenemos que pensar en la confesión en algún punto del camino... (silencio espeso) No puedo hablar por mis compañeros porque este tema en profundidad no se ha tratado, pero mis motivos peregrinos distan algo de ser religiosos. Es difícil explicarle a un sacerdote mis motivos espirituales porque seguramente sean muy diferentes a los suyos. Soy creyente pero no comparto muchas ideas con la iglesia católica (imagino que aquí alguien intentara comerme pero es lo que opino), respeto profundamente a las personas de cualquier religión o credo, (que curiosamente siendo tan distintas tienen Dioses tan parecidos), pero creo que la mayoría de religiones nacieron con afán de control y se alejan mucho del concepto "divino". Según yo lo entiendo, Dios se manifiesta en los árboles, la tierra, el aire o los animales, o en el trato hacia los demás y no en donde algunos sectores de la iglesia quieren tenerlo.
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Mucha gente delimita el Camino de Santiago a las personas católicas y cualquier tipo de espiritualidad al margen queda encajonado en el mero turismo y entrar en esta discusión es complicado. De hecho creo que a partir de este año o el que viene, la compostelana (documento que se entrega al finalizar el camino), solo se da si los motivos del peregrino son religiosos, cosa muy respetable y normal, ya que el camino jacobeo se crea como camino de peregrinación de la Iglesia, (aunque hasta en esto hay opiniones que los mas fundamentalistas rechazarían, ya que hay notas que citan como los druidas celtas hacían el mismo recorrido norte desde Europa hasta Fisterra para alcanzar la muerte alegórica, renovar su alma y volver limpios a su lugar de origen, versión esta mas espiritual que religiosa. Después nació el camino sobre de los restos del Apóstol y si alguien tiene interés en valorar otras versiones puede buscar algo de una figura llamada Prisciliano y hasta aquí puedo leer). Por otra parte el ayuntamiento de Fisterra otorga a el peregrino, un documento algo mas seglar, parecido a la compostelana que constata que se ha hecho el camino llegando al fin del mundo.
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En fin que el amable padre nos desea buen camino y partimos hacia Cercedilla con su bendición, para mi un buen deseo siempre es bien recibido. Enfilamos hacia la empinada calle Abel que nos va a poner los riñones al jerez para salir de Navacerrada por el hotel Arcipreste de Hita, ese donde hace años los jugadores del Madrid hacían sus concentraciones. 200 m mas adelante llegamos a coronar el cartel que desvía hacia el puerto de Navacerrada. En dirección hacia el puerto, a la izda., se coge una Ctra., al lado del restaurante la Fonda Real, que ya en bajada rápida por asfalto nos deja en Cercedilla saliendo por el Camino de El Calvario. Una vez en el pueblo nos desviamos hacia la estación del tren, en parte porque Santiago se vuelve a casa, no quiere jugársela con la ruda de atrás y también porque nosotros tenemos que mirar la hora de vuelta de los trenes de Segovia: a las 16:50, a las 18:50 y a las 19:55. Son las 15:00. Nos despedimos de Santiago, compramos unos isostar y enfilamos hacia arriba a buscar un restaurante donde hacer parada y comer un bocadillo.
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En el primer restaurante que paramos no da tiempo ni siquiera a que desmontemos, el camarero ha salido a la puerta para decirnos que no hay bocadillos, sale con la servilleta en la mano, parece que en algún momento nos va tentar meneándola ante nuestros ojos como a las vaquillas, y nosotros ciegos de rojo y grana vamos a seguirle por el pueblo hasta rediles. En ciertos sitios hay que mantener el nivel.
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Donde si tienen bocadillos, (y que bocadillos), y ningún reparo en atender a ciclistas es en el restaurante de las Dehesas. A la hora que llegamos lleno hasta la bandera, pero los camareros nos habilitan en medio del patio de armas un circulo de sillas sin mesa donde hacemos nuestro particular fuego de campamento y damos cuenta de unos bocadillos de lomo con cualquier ingrediente de mas que se nos ocurre y unas jarras de cerveza que nos quitan el sentido. El entorno de pinos y abetos, el solecito y los oleres del campo nos dejan durante un rato en el descanso del guerrero, pero hay que seguir, que nos queda lo mas duro del día, la subida a la Fuenfria. Entramos a pagar y sellar la credencial y los camareros nos miran con asombro, ¿credencial?, ¿Camino de Santiago?...casi como si fueramos estrellas del rock buscan el sello del bar y se reunen en torno a nosotros cuatro camareros que nos hacen preguntas de todo tipo, a las que contestamos gustosamente... y con cara de interesantes. Seguro que volvemos algun día.
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Difícil examen es pedalear con el buche lleno; dificil si el comienzo es hacia arriba y mas dificil si cabe si seguimos por el trazado del camino que siguen los peregrinos a pie, la calzada romana. Evidentemente la calzada no se puede subir dando pedales, al menos nosotros, así que toca un poco de empujin. El empujin es una disciplina del ciclismo donde el que antes pedaleaba ahora carga con su maquina porque el terreno se le hace bola y el ciclista desearía que un remonte o empresa de transporte se encargara de llevarse la bicicleta de su vista durante un rato. En esta disciplina se cargan los gemelos, se recuerdan improperios, dialectos olvidados y se jadea como los galgos del canodromo. En nuestro caso el ejercicio no dura mucho, a ojo de buen cubero unos 800 m de cascotes, guijarros, pedrolos, raices, en fin que solo de imaginar que por ahí pasaban los romanos en carro me da flato. Ya no quedan hombres y mujeres como los de antes.
. La subida hacia Fuenfria se hace lenta. Algunos con mas piernas tiran delante, los que tenemos menos subimos despacio, aunque diferentes en el tiempo arriba nos veremos. Parada en el mirador de los Poetas, donde Alberto decide quedarse a esperar a Miguel que quiere coronar Fuenfria y volverse para Madrid, los demás seguimos.
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Puerto de la Fuenfria 1.796 m. Se nota la altura porque hace frió, un grupo de excursionistas se hace una foto, nosotros paramos a reponer alguna fuerza, hacernos una foto y abrigarnos, ya vamos apurados de tiempo. La bajada hacia la Fuente de la Reina esta llena de nieve derretida o hecha hielo lo que hace que vayamos muy despacio y poniéndonos a caldo de agua, los dedos de las manos se nos quedan tiesos y los pies ya son mojamas desde hace un rato. En la Fuente de la Reina un ciclista sentado en su piedra se come una fruta deleitándose en el paisaje, el solo hasta que llegamos, en cuanto nos vayamos se quedara como la una y el sol empieza a esconderse.
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En el Collado Matabueyes podemos seguir las flechas por la izda., o bajar el tramo de asfalto hasta coger el camino de nuevo, estamos muy apurados de tiempo, si apretamos un poco podemos llegar a coger el tren de las 18:50, si no, hay que esperar a el ultimo a las 19:55. El ultimo es mucha tela porque en llegar a Madrid tarda dos horas, después hay que volver, muy tarde, vamos a apretar.
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Desde el Collado Matabueyes hasta Segovia el terreno es de bajada y llano, así que nos movemos rápido, entramos por la puerta trasera de Segovia a las 18:15, cinco minutos mas tarde estamos en la estación de RENFE sacando los billetes. Ángel y Félix van a por unos botes de cerveza para el tren y la vuelta se hace entre risas...hasta que toca ir al servicio. Mi relación con la cerveza es muy buena pero estamos juntos poco tiempo, así que me dirijo al baño para despedirme de ella. Es normal que los servicios de cercanías estén cerrados, por suerte para mi veo al revisor en el vagón de al lado picando billetes, le espero. Justo en el asiento donde me apoyo, un hombre desaliñado con aspecto de callejero me dice que puedo mear entre vagones, me rió y le digo que me voy a esperar, mi mujer siempre dice que tengo una risa franca y debe ser así porque el hombre coge confianza y empieza a contarme cosas de su vida, le escucho atentamente primero porque me interesa y después porque nunca esta de mas escuchar lo que otros tienen que decir, me cuenta una historia de lo que fue y de lo que es. Le escucho hasta que el revisor entra y le digo al hombre que me perdone que me meo, nos cruzamos una sonrisa y cambio de rumbo al picador. El revisor me cuenta que los servicios se cierran solos cuando el deposito de desechos se llena, le cuento que no me aguanto y con cara de decir "tu mismo" me abre la puerta... tela como esta el WC, rebosa la orina casi al nivel de la taza, entre el lleno y el vaivén del tren parece una taza de te haciendo olas, como puedo me ubico para que no me salpique y apunto...prueba superada. De vuelta al asiento me dice Ángel que donde esta el servicio...jaja...seria mejor preguntar ¿como esta el servicio?, le cuento rápido y en cuanto ve al revisor se abalanza sobre él: "perdone jefe", me puede...a la vuelta Ángel nos cuenta que había un hombre meando entre dos vagones.
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El resto del viaje lo hacemos entre algún chiste y dejando que el cansancio del día nos vaya comiendo. Lolo se baja el primero, Félix y yo en Ramón y Cajal, Ángel sigue hasta Chamartin para hacer trasbordo.
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En el primer restaurante que paramos no da tiempo ni siquiera a que desmontemos, el camarero ha salido a la puerta para decirnos que no hay bocadillos, sale con la servilleta en la mano, parece que en algún momento nos va tentar meneándola ante nuestros ojos como a las vaquillas, y nosotros ciegos de rojo y grana vamos a seguirle por el pueblo hasta rediles. En ciertos sitios hay que mantener el nivel.
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Donde si tienen bocadillos, (y que bocadillos), y ningún reparo en atender a ciclistas es en el restaurante de las Dehesas. A la hora que llegamos lleno hasta la bandera, pero los camareros nos habilitan en medio del patio de armas un circulo de sillas sin mesa donde hacemos nuestro particular fuego de campamento y damos cuenta de unos bocadillos de lomo con cualquier ingrediente de mas que se nos ocurre y unas jarras de cerveza que nos quitan el sentido. El entorno de pinos y abetos, el solecito y los oleres del campo nos dejan durante un rato en el descanso del guerrero, pero hay que seguir, que nos queda lo mas duro del día, la subida a la Fuenfria. Entramos a pagar y sellar la credencial y los camareros nos miran con asombro, ¿credencial?, ¿Camino de Santiago?...casi como si fueramos estrellas del rock buscan el sello del bar y se reunen en torno a nosotros cuatro camareros que nos hacen preguntas de todo tipo, a las que contestamos gustosamente... y con cara de interesantes. Seguro que volvemos algun día.
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Difícil examen es pedalear con el buche lleno; dificil si el comienzo es hacia arriba y mas dificil si cabe si seguimos por el trazado del camino que siguen los peregrinos a pie, la calzada romana. Evidentemente la calzada no se puede subir dando pedales, al menos nosotros, así que toca un poco de empujin. El empujin es una disciplina del ciclismo donde el que antes pedaleaba ahora carga con su maquina porque el terreno se le hace bola y el ciclista desearía que un remonte o empresa de transporte se encargara de llevarse la bicicleta de su vista durante un rato. En esta disciplina se cargan los gemelos, se recuerdan improperios, dialectos olvidados y se jadea como los galgos del canodromo. En nuestro caso el ejercicio no dura mucho, a ojo de buen cubero unos 800 m de cascotes, guijarros, pedrolos, raices, en fin que solo de imaginar que por ahí pasaban los romanos en carro me da flato. Ya no quedan hombres y mujeres como los de antes.
. La subida hacia Fuenfria se hace lenta. Algunos con mas piernas tiran delante, los que tenemos menos subimos despacio, aunque diferentes en el tiempo arriba nos veremos. Parada en el mirador de los Poetas, donde Alberto decide quedarse a esperar a Miguel que quiere coronar Fuenfria y volverse para Madrid, los demás seguimos.
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Puerto de la Fuenfria 1.796 m. Se nota la altura porque hace frió, un grupo de excursionistas se hace una foto, nosotros paramos a reponer alguna fuerza, hacernos una foto y abrigarnos, ya vamos apurados de tiempo. La bajada hacia la Fuente de la Reina esta llena de nieve derretida o hecha hielo lo que hace que vayamos muy despacio y poniéndonos a caldo de agua, los dedos de las manos se nos quedan tiesos y los pies ya son mojamas desde hace un rato. En la Fuente de la Reina un ciclista sentado en su piedra se come una fruta deleitándose en el paisaje, el solo hasta que llegamos, en cuanto nos vayamos se quedara como la una y el sol empieza a esconderse.
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En el Collado Matabueyes podemos seguir las flechas por la izda., o bajar el tramo de asfalto hasta coger el camino de nuevo, estamos muy apurados de tiempo, si apretamos un poco podemos llegar a coger el tren de las 18:50, si no, hay que esperar a el ultimo a las 19:55. El ultimo es mucha tela porque en llegar a Madrid tarda dos horas, después hay que volver, muy tarde, vamos a apretar.
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Desde el Collado Matabueyes hasta Segovia el terreno es de bajada y llano, así que nos movemos rápido, entramos por la puerta trasera de Segovia a las 18:15, cinco minutos mas tarde estamos en la estación de RENFE sacando los billetes. Ángel y Félix van a por unos botes de cerveza para el tren y la vuelta se hace entre risas...hasta que toca ir al servicio. Mi relación con la cerveza es muy buena pero estamos juntos poco tiempo, así que me dirijo al baño para despedirme de ella. Es normal que los servicios de cercanías estén cerrados, por suerte para mi veo al revisor en el vagón de al lado picando billetes, le espero. Justo en el asiento donde me apoyo, un hombre desaliñado con aspecto de callejero me dice que puedo mear entre vagones, me rió y le digo que me voy a esperar, mi mujer siempre dice que tengo una risa franca y debe ser así porque el hombre coge confianza y empieza a contarme cosas de su vida, le escucho atentamente primero porque me interesa y después porque nunca esta de mas escuchar lo que otros tienen que decir, me cuenta una historia de lo que fue y de lo que es. Le escucho hasta que el revisor entra y le digo al hombre que me perdone que me meo, nos cruzamos una sonrisa y cambio de rumbo al picador. El revisor me cuenta que los servicios se cierran solos cuando el deposito de desechos se llena, le cuento que no me aguanto y con cara de decir "tu mismo" me abre la puerta... tela como esta el WC, rebosa la orina casi al nivel de la taza, entre el lleno y el vaivén del tren parece una taza de te haciendo olas, como puedo me ubico para que no me salpique y apunto...prueba superada. De vuelta al asiento me dice Ángel que donde esta el servicio...jaja...seria mejor preguntar ¿como esta el servicio?, le cuento rápido y en cuanto ve al revisor se abalanza sobre él: "perdone jefe", me puede...a la vuelta Ángel nos cuenta que había un hombre meando entre dos vagones.
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El resto del viaje lo hacemos entre algún chiste y dejando que el cansancio del día nos vaya comiendo. Lolo se baja el primero, Félix y yo en Ramón y Cajal, Ángel sigue hasta Chamartin para hacer trasbordo.
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Cargamos todo en mi coche y enfilamos a Colmenar al de Félix. Cuando llego a casa son las 22:20, desde las 6:15 que me levante con casi 7 horas sobre la bicicleta y el resto entre bambalinas. La primera etapa de nuestro camino ya queda atrás, el sábado que viene iremos a Segovia en tren para intentar llegar a León. Ultreia peregrinos.